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Diez años han tenido que transcurrir desde su primer lanzamiento, “Rushes”, para poder escuchar un nuevo disco de The Fireman, el pseudónimo bajo el que Paul McCartney se lanzó a mediados de los noventa al mundo de la electrónica. “Electronics Arguments”, que así se llama la nueva entrega del duo integrado por McCartney y Youth, bajista de The Killing Joke, incluye trece cortes y a diferencia de otros trabajos producidos bajo este pseudónimo tanto por el mítico ex-beatle como por su socio, ya no son sólo instrumentales. Como peculiaridad, destacar que cada uno de los temas ha sido grabado, escuchado y mezclado a lo largo de una sola jornada, si bien las trece jornadas se han repartido a lo largo de prácticamente un año.En cuanto a la inspiración del disco, se perciben guiños constantes al pop y coqueteos con un sonido más noisy del que nos tiene acostumbrados McCartney, entreverados en texturas sonoras que fluyen hacia el campo de la experimentación con sonidos electrónicos. Bajo la máscara de The Fireman asoma, pues, un McCartney soltando lastre para dar prueba, en total libertad, de la vivacidad del genio.
Había signos de que algo se venía cociendo bajo el cielo desangelado del desierto. El renacimiento de los Jayhawks es más que un rumor y algo más que sus ecos vienen en alas de "Ready for the flood", el nuevo trabajo que Mark Olson y Gary Louris presentan este mes en nuestro país.
Mucho se ha escrito de la formación y, sobre todo, de la descomposición y la ruptura de los Jayhawks. El revuelo estaba más que justificado no sólo por la pérdida de una de las bandas más destacadas de los años 90, en cuyo haber se encuentran sin duda alguna varios de los mejores discos de la década, sino sobre todo por la pérdida de una formación cuya sensibilidad regaló como pocas tantos momentos de pura belleza y emoción. Con la ruptura de los Jayhawks se truncaba uno de los proyectos más prometedores del rock americano, quizás sólo equiparable, visto lo visto, a los indiscutibles Wilco Sin embargo, no todo se perdió en este naufragio. Con el abandono de la formación de Mark Olson y la ruptura definitiva tras “Rainy Day Music” en 2003, tanto Olson como Louris empezaron a hollar caminos distintos.
Liderada por Mark Olson, The Jayhawks apareció en 1985 en Minneapolis como banda de influencia folky y country-rock en la estela de The Byrds, The Flying Burrito Brothers, Big Star, Gram Parsons o Neil Young. Rodándose por los garitos de la escena local, un habitual llamado Gary Louris terminó añadiéndose a la formación que integraban Marc Perlman (bajo) y Norm Rogers (batería). El talento musical, la habilidad para la composición y la combinación de las voces de ambos dieron al grupo una capacidad portentosa. Fruto de ello nacieron dos de los discos más importantes de los noventa, “Hollywood Town Hall” (videoclip de "Waiting for the sun", 4'25'') celebrado tanto por la crítica como por el público, y “Tomorrow the green grass” (videoclip de "Blue", la emblemática composición de Gary Louris; 3'06''), posiblemente, su mejor trabajo: un disco que fluye pasmosamente y que prácticamente roza la perfección en su género. Tras la gira de presentación de este trabajo durante el año siguiente, fuera por diferencias creativas y luchas por el liderazgo o fuera para atender a su esposa, la también cantautora Victoria Williams aquejada de esclerosis múltiple, Olson decidió abandonar la formación para iniciar su trayectoria en solitario. Bajo el liderazgo de Louris el sonido de la banda, que sufrió varios cambios cambios de formación durante estos años, se distanció un tanto de la tradición country-rock. Tras “Sound of Lies” (1997) y Smile (2000), Rainy Day Music supuso en cierto medida una vuelta al sonido inicial y el punto final a la primera etapa de la banda.
Retiro al desierto
Si algo ha guiado los pasos de Mark Olson ha sido la apuesta por un sonido personal de profundo respeto a las raíces del folk y el rock americano y la continua demostración de su honestidad artística. Esta apuesta, sin embargo, tenía sus riesgos y lo cierto es que, pese a momentos de brillantez, ha sido algo errática. Escoltado por Victoria Williams y Mike Russell, concibió, grabó y produjo tres discos a finales de los 90: The Original Harmony Ridge Creek Drippers en 1997, y “Pacific Coast Rambler” y Zola & The Tulip Tree en 1999. En 2000 grabó el que posiblemente es su mejor disco en solitario, My Own Jo Ellen, un disco con una factura más rock que los trabajos precedentes. A éste le siguieron December's Child” (2002) y Creekdippin' for First Time (2004), discos en los que compila parte de los materiales de sus discos de final de la década y de mayor impronta folk, bastante más ensimismados. Tras publicar “Mystic Theatre” en 2005, "The Salvation Blues" (2007) testimonia su recuperación personal y musical tras la ruptura con Victoria Williams. Louris en paraleloMientras Olson se replegó en la búsqueda de un sonido personal, la trayectoria de Gary Louris ha resultado bastante más abierta. Tanto al frente de los Jayhawks, tras la marcha de aquél, como,, sobre todo, en el proyecto paralelo The Golden Smog, en el que compartía formación con otros ilustres como el líder de Wilco, Jeff Tweedy, y miembros de Soul Asylum o The Replacements, Louris ha exhibido una mayor versatilidad para adentrarse en nuevas vías pop-rock desde las raíces folkies y countries. Nacida como típica banda de club y sin más intenciones que divertirse haciendo covers, The Golden Smog ha dado lecciones magistrales de rock. Tras “Down by the old mainstream” (1996) y “Weird Tales” (1998), verdaderas joyas del country-rock alternativo, “Another Fine Day” (2006) supone una ruptura con el sonido de la banda, una mayor apuesta experimental con texturas sonoras más pop. Pese a que en la sensibilidad y en el planteamiento del álbum se note por encima de todo la mano de un Tweedy en estado de gracia, son Louris y los también Jayhawks Perlman y K.J. Johnson los verdaderos artífices del trabajo.
Tras la última entrega de esta banda, “Blood on the Slacks”, ya sin Jeff Tweedy, Louris lanzó este año “Vagabonds”, su primer disco en solitario grabado con la ayuda de el líder de los Black Crowes, Chris Robinson. “Vagabond” confirma las mañas de Louris y como obra de madurez parece condensar los diferentes sonidos de los Jayhawks de antes y después de la marcha de Olson (vídeo en directo de "Vagabonds" , 04'15'').
Es en este punto donde se han cruzado los caminos de ambos, quién sabe si porque se buscaban o si porque sólo se encontraron. Lo cierto es que tenemos el alma de Jayhawks renacida y la prueba de ello es “Ready for the Flood”, para el que han contado igualmente con los servicios de Chris Robinson en la producción. Del 27 de noviembre al 1 de diciembre podremos verlos en acción en Badalona (Teatro Zorrilla), Zaragoza (La casa del loco), Madrid (sala Neu!), Valencia (Palacio de Congresos) y Cádiz (Aulario la Bomba).
Más información: -
Sitio oficial de Wilco (inglés)
El 20 de enero llegará a las tiendas el nuevo álbum de la banda británica. “The Crying Light”, que es como se titula la nueva entrega, se adelanta así a lo previsto, puesto que su lanzamiento se esperaba para la primavera del próximo año.De momento no se sabe más que “Another World” (Ver vídeo, 04:00), el tema que diese título a su último EP lanzado a principios de octubre, se incluirá igualmente en el álbum y se editará como primer single.Además, la portada estará dedicada a Kazuo Ohno, uno de los padres de la danza butoh japonesa (danza hacia la oscuridad).
Más información sobre Antony & the Johnsons aquí (inglés)
La banda neoyorkina presenta este mes en nuestro país su último trabajo, "Can't wait another day", una prueba de la actualidad de su fórmula de pop exquisito.
Banda setentera, revivalera o de culto -y pónganse las etiquetas que se quiera-, The Ladybug Transistor por encima de todo es uno de esos casos en los que la gracia se paga con la indiferencia y en los que uno termina por desistir de comprender nada para no acabar por abrirse las venas.
Difícilmente se pueden aceptar las críticas de extemporánea que ha recibido la banda cuando se escuchan discos como el que ahora presenta en nuestro país, “Can't Wait Another Day”, y mucho menos aceptar ninguna tacha cuando se lleva a la espalda trabajos tan impecables y deslumbrantes como “Albermarle Sound” o el homónimo “The Ladybug Transistor”. Sistemas, credos y poses aparte, lo cierto es que The Ladybug Transistor son hoy por hoy una de las bandas a seguir de la escena indie norteamericana. Y su último trabajo confirma una evolución con la que se han sacudido ese cierto -y alabado sea- ensimismamiento y les coloca en el centro del panorama independiente internacional.
Si por lo dicho en primer lugar estaremos de acuerdo en que cumplen el primer precepto de un posible decálogo del indie, no menos podrá decirse del segundo, pues, como tantos otros, estos chicos se iniciaron como miembros de la tribu pasando el trance de la autoproducción. Creada en Brooklyn, Nueva York, originalmente The Ladybug Transistor se formó como trío con un espigado y despabilado Gary Olson, Edward Powers y Javier Villegas. Su primer disco, “Marlborough Farms” (1995) fue grabado y producido en el estudio casero de Olson. Las aristas de este trabajo y lo que de bueno se podía intuir en su sonido se pulieron notablemente en su segundo trabajo, “Beberley Atonale” (1997) gracias en parte a la incorporación de los hermanos Jennifer y Jeff Baron a las cuerdas. Tras la grabación de este álbum, Edwards abandonó la formación y se incorporaron San Fadyl y Sasha Bell (The Essex Green). Con los hermanos Baron a la guitarra y al bajo, y con Sasha Bell a los teclados, la banda estaba lista para alumbrar una obra imprescindible y de la que con razón muchos críticos han afirmado que se trata del último gran disco pop del pasado siglo: “Albermarle Sound” (1999), una verdadera joya compuesta por canciones radiantes, melodías primorosamente arregladas gracias al sumo gusto demostrado por Olson, los Baron y Bell para tejer texturas sonoras brillantes y embelesadoras. En la instrumentación y los arreglos de este disco vive el espíritu del pop más excelso de Burt Bacharach y Brian Wilson, y resuenan ecos de los distinguidos Zombies, de The Left Banke e incluso algo de los Hollies.
Si es innegable la filiación de este último trabajo, no menos lo será el de “Argyle Hair” (2001), una obra igualmente labrada a base de melodías luminosas y brillantes con las que la banda sigue explotando las mejores vetas del rock de los 60. Pese al buen puñado de canciones de aires sixties y de inspiración folky que contiene este disco, no alcanza el grado de perfección formal del antecedente.
Quizás evitar el peligro de caer en la excesiva estilización fuera el motivo que condujo a la banda a abandonar el estudio de Marlborough Farms para preparar su quinto disco, el homónimo “The Ladybug Transistor” (2003), grabado en Arizona con el productor de otros ilustres como Calexico, Craig Schumacher. Bajo la dirección de éste, la banda consiguió recuperar lo esencial de su inspiración. Y el resultado es igualmente deslumbrante: una colección de canciones que restallan de luminosidad pop conservando la elegancia, la delicadeza y la gracia de sus prolijos arreglos al tiempo que la mesura que les dió la mano de Schumacher.
“Can't wait another day” (2007) es un salto al centro de la escena y confirma el proceso de maduración de la banda. Tal y como sostiene Gary Olson, en declaraciones aparecidas en Mondosonoro, “es curioso porque nosotros nunca hemos creído eso de que somos una banda revival de los sesenta. Lo único que intentamos es hacer buenas canciones. Lo importante para nosotros es que cada canción tenga una producción atemporal. Podemos tener algunas que recuerden vagamente a los sesenta y setenta, pero es de forma circunstancial. Queremos que la gente aun escuche nuestras canciones de aquí treinta años” (ver vídeo de "Always in the telephone" )4'19'').
Devotos y escépticos tendrán oportunidad de comprobar si tal evolución se confirma con motivo de la gira de presentación de este disco que les trae del 18 al 23 de Noviembre por nuestro país.

Los admiradores ya pueden saborear “Tu labio superior”, ell nuevo álbum de Christina Rosenvinge. El disco, publicado por Warner, se ha grabado en Hoboken (EE.UU.) con la participación de ilustres colaboradores de esta dama como el ex-Come Chris Brokaw (bajos y guitarra), el Sonic Youth Steve Shelley (batería), Jeremy Wilkins (bajo, contrabajo y guitarra), Charlie Bautista o Nacho Vegas.
El disco llega precisamente después del EP grabado el pasado año con Vegas “Verano Fatal” (ver videoclip de tema principal 5'27) tema trabajo que supuso el reencuentro de Rosenvinge con el castellano tras sus tres trabajos netamente en inglés, frutos de su paso por la escena underground neoyorkina (sobre esta etapa, leer entrevista con Guillermo Ortíz: "Christina Rosenvinge. La ambigüedad y el equívoco") Este cambio confirma la madurez creativa de la artista al tiempo que combina con toda su deriva sonora. En declaraciones a la Agencia Efe, la artista confiesa que pese a la dificultad que entraña componer con palabras más largas, este reencuentro con el castellano resulta “feliz” por su mayor fluidez para jugar con el sentido del humor y los terceros sentidos de las cosas.
Sencillas melodías pop acompañan la frágil voz de la cantante que van desovillando historias en la atmósfera de soledad, desolación y nostalgia en la que acostumbra a suspirar la Rosenvinge. Historias, en fin, de emociones desnudas y tragedias de cuartilla armadas con las mañas de viejos diablos capaces de desarmar y rendir.
“Tu labio superior” no sólo suena no sólo con el empaque de la excelente instrumentación americana, sino que destila un refinado gusto por la tradición de rock yanqui que se remonta al mismísimo Cash, hasta el al pop europeo bajo el ascendente de Gainsbourg. Quienes correspondan a la cantante y mueran por estar con ella al natural, tendrán su oportunidad los días 21, 22 y 23 de Noviembre en los conciertos de presentación que dará en Valladolid (Sala Borja), Madrid (calendario de sala Neu!) y Barcelona (Sala Apolo).
Información relacionada:
- Ver biografía de Chris Brokaw (inglés).
- Ver biografía de Nacho Vegas
- Sitio en myspace de Charlie Bautista
- Sitio Oficial de Sonic Youth (inglés)